La mayor parte de los sonidos que oimos están ligados a cosas. Usamos los sonidos como indicios para identificar dichas cosas. El sonido llega a lugares a los que la vista no puede.
Los sonidos nos hablan de espacios, sean grandes o pequeños, estrechos o amplios, interiores o exteriores. Los ecos y la reverberación nos brindan información acerca de superficies y obstáculos, ya que el sonido se absorbe o se refleja. En los espacios abiertos el fenómeno preponderante es la difusión del sonido. En los espacios cerrados, el fenómeno preponderante que se ha de tener en cuenta es la reflexión.
El espacio auditivo es muy diferente del espacio visual. Nos encontramos siempre en el borde del espacio visual, mirando hacia adentro del mismo con nuestros ojos. Pero siempre nos encontramos en el centro del espacio auditivo, oyendo hacia afuera con el oído.
Se podría definir espacio sonoro como el entorno sonoro concreto de un lugar real determinado, y es intrínsecamente local y específico a cada lugar.
Ejemplos de espacios sonoros:
- En el campo: los pájaros, las vacas, el correr de un arroyo, las campanas de la iglesia, el sonido de un tractor, etc.
- En la ciudad: el tráfico, el sonido de la maquinaria, un edificio en obras, etc.
- En un restaurante: los cubiertos, gente hablando, música de fondo, etc.
- En un estadio de futbol: las porras, las guguzelas, la muchedumbre, etc.