Musicoterapia


La musicoterapia forma parte de lo que se conoce como “terapias a través de las artes”.

La musicoterapia o terapia musical se refiere al uso de la música y/o sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) con el fin de satisfacer el bienestar físico, emocional, mental, social y congnitivo.

Esta terapia se basa en el principio de que todos los malestares tienen su origen en el cerebro, el cual manda señales al organismo produciendo como consecuencia diversos padecimientos.

Se ha evidenciado que la música genera en nuestro organismo ondas electromagnéticas cerebrales coherentes, lo cual ordena nuestras funciones. La estimulación del funcionamiento del mismo mediante agentes externos (en este caso la música) produce efectos directos tanto en nuestras funciones cognitivas como en nuestra fisiología.

Mediante la musicoterapia se envían al cerebro sensaciones que lo llevan a la relajación, por lo tanto se anulan los impulsos que producen la enfermedad, obteniendo en la mayoría de las ocasiones resultados sorprendentes.

Su objetivo es desarrollar los potenciales y/o restaurar las funciones del individuo de tal manera que pueda lograr una mejor integración consigo mismo y con los demás que lo llevará a una mejor calidad de vida.

Diferencias entre la educación musical y la musicoterapia

Uno de los grandes problemas a la hora de conceptuar el termino musicoterapia es su confusión con la educación musical, un hecho que lleva a pensar erróneamente que el profesor de música es un musicoterapeuta.

Algunas diferencias:

  1. En educación musical la música se usa como un fin en sí mismo (enseñamos a tocar un instrumento) pero en la musicoterapia, la música se usa como un medio para producir cambios.
  2. En educación musical tenemos un proceso cerrado e instructivo que está basado en un currículo, en musicoterapia, el proceso es abierto, experimental, interactivo y evolutivo.
  3. Las actividades en educación musical se diseñan para mejorar la calidad de las ejecuciones, pero en musicoterapia solo se considera el valor terapéutico de las ejecuciones.
  4. En educación musical el encargado del proceso es un profesor y en musicoterapia es un terapeuta.

Algunas similitudes:

  • Ambas usan la música como elemento de trabajo fundamental.
  • Ambas usan la música como lenguaje y medio de comunicación.
  • Ambas establecen una relación interpersonal entre el educador o musicoterapeuta y el alumnado/paciente.
  • Ambas usan un proceso sistemático, es decir, tienen intencionalidad, organización y regularidad.
  • Ambas proponen ejecuciones musicales.

Los efectos de la música en la conducta

La influencia de cada uno de los elementos de la música en la mayoría de los individuos es la siguiente:

Tempo: los tempos lentos, entre 60 y 80 pulsos por minuto, suscita impresiones de dignidad, de calma, de sentimentalismo, serenidad, ternura y tristeza. Los tempos rápidos de 100 a 150 pulsos por minuto, suscitan impresiones alegres, excitantes y vigorosas.

Ritmo: los ritmos lentos inducen a la paz y a la serenidad, y los rápidos suelen producir la activación motora y la necesidad de exteriorizar sentimientos, aunque también pueden provocar situaciones de estrés.

Armonía: es cuando suenan varios sonidos a la vez. A todo el conjunto se le llama acorde. Los acordes consonantes están asociados al equilibrio, el reposo y la alegría. Los acordes disonantes se asocian a la inquietud, el deseo, la preocupación y la agitación.

Tonalidad: los modos mayores suelen ser alegres, vivos y graciosos, provocando la extroversión de los individuos. Los modos menores presentan unas connotaciones diferentes en su expresión e influencia. Evocan el intimismo, la melancolía y el sentimentalismo, favoreciendo la introversión del individuo.

La altura: las notas agudas actúan frecuentemente sobre el sistema nervioso provocando una actitud de alerta y aumento de los reflejos. También ayudan a despertarnos o sacarnos de un estado de cansancio. El oído es sensible a las notas muy agudas, de forma que si son muy intensas y prolongadas pueden dañarlo e incluso provocar el descontrol del sistema nervioso. Los sonidos graves suelen producir efectos sombríos, una visión pesimista o una tranquilidad extrema.

La intensidad: es uno de los elementos de la música que influyen en el comportamiento. Así, un sonido o música tranquilizante puede irritar si el volumen es mayor que lo que la persona puede soportar.

La instrumentación: los instrumentos de cuerda suelen evocar el sentimiento por su sonoridad expresiva y penetrante. Mientras los instrumentos de viento destacan por su poder alegre y vivo, dando a las composiciones un carácter brillante, solemne, majestuoso. Los instrumentos de percusión se caracterizan por su poder rítmico, liberador y que incita a la acción y el movimiento.

Existen 2 tipos principales de música en relación con sus efectos:

Música sedante: Es de naturaleza melódica sostenida, y se caracteriza por tener un ritmo regular, una dinámica predecible, consonancia armónica y un timbre vocal e instrumental reconocido con efectos tranquilizantes.

Música estimulante: Aumenta la energía corporal, induce a la acción y estimula las emociones.